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Lo más rico del voyeurismo: ver el placer ajeno

Lo más rico del voyeurismo: ver el placer ajeno

El mundo erótico es demasiado amplio como para no hablar de una de las prácticas más aceptadas y antiguas del sexo. El voyeurismo, ese placer que no se obtiene con la piel ni con los sentidos excepto por uno. Por esos ojos excitados que no pueden cerrarse al ver la deliciosa figura del amor.

Deleitándose con el voyeurismo

La palabra voyeurismo viene del francés “voyeur” que significa “mirar”. ¿Mirar qué exactamente? Desde muy pequeños hemos experimentado diversión con los dibujos animados, hambre con una deliciosa golosina, entre otras sensaciones. Ya con el despertar sexual, la fotografía de una enfermera en tanga o una dominante policía encendía el fuego en los pantalones desde la adolescencia.

El simple hecho de quedarse viendo a una mujercita en la calle, toda fresca y voluptuosa, gozando de la vida y sonriendo coquetamente es un síntoma de que tu placer está ligado al voyeurismo. No hay nada malo en eso. El placer de los ojos no sólo está en las escenas eróticas del séptimo arte ni en las revistas de antaño con modelos deliciosas, sino con actrices que pueden crear una fantasía para ti incluso más intensas que las de la milking table.

No hay de qué avergonzarse

Tal vez exista un estigma de si está bien el voyeurismo o no. Pero lo cierto es que no se puede negar la gran sensación de bienestar al tener una fantasía de carne y hueso frente a ti. Una hermosa chica bailando en pocas prendas, las pocas que aún no se las quita, es tan mágico que puede alegrar la existencia a muchas personas.

Incluso hay muchos otros elementos que contribuyen a crear esta fantasía. Un látigo o un disfraz. Sábanas blancas, luz tenue, pintalabios color morado, o para los más selectos, tatuajes, comida y muchas opciones más.

Los jóvenes y las ganas de mirar

Las nuevas generaciones disponen de muchas más herramientas para poder iniciarse en el voyeurismo. Una chica complaciente está disponible para ser observada de diversas formas. Sólo tienes que buscarlas, como en nuestro sitio. Jóvenes como tú dejan otras prácticas como la masturbación para ir más allá y satisfacer su deseo frente a una cámara web por ejemplo.

Las chicas de nuestro sitio pueden ofrecer un increíble show en el cual desplegarán todo su arte y sus bellezas para causarte semejante impresión que tendrás una erección incontrolable. ¿Acaso tocarán suavemente sus cuerpos? Tal vez sonrían dulcemente, o incluso jueguen con un plátano en su boca, en sus pezones, o en otras partes de su cuerpo.

La sensación de tenerlas tan lejos y tan cerca al mismo tiempo puede traducirse en placer. No te reprimas, ellas saben cómo transformar una pantalla en una obra de arte que culmina en la mejor corrida de todas.

Voyeurismo en internet

La cámara web no es la primera herramienta para ejecutar el voyeurismo. Las redes sociales se han convertido también en una forma de satisfacer el placer visual. Con fotografías que parecen y no parecen al mismo tiempo eróticas hasta con invitaciones a sesiones en vivo por otros canales.

Por supuesto que los sitios especializados en cam shows, o espectáculos para la cámara, son de bastante demanda en internet. Todos los voyeuristas piden que su actriz juegue con su propio placer para satisfacer el deseo.

Algunas kinesiólogas también pueden ser tus actrices privadas. Consulta si ellas pueden hacerte un show privado solo para ti. Estarán encantadas de conocerte y hacer tus fantasías realidad.

Tus tíos y tus abuelos también eran voyeuristas

Claro que sí, acaso creíste que eras el único al que le gusta mirar. Tal vez, detrás de ese tío trabajador o tu abuelo correctísimo, se esconde un mirón cochino que no toca pero se toca mirando. Dicen que es hereditario, solo que cada generación lo expresa de manera distinta.

Si quieres explorar el pasado del voyeurismo, el mundo de las revistas porno es un buen inicio. Las actrices del pasado fueron las pioneras de toda la industria que es el sexo hoy. Viejos verdes mirones, hubo antes, voyeuristas discretos, son los de ahora.

El límite del voyeurismo

Así como uno se emociona frente a la gran pantalla del cine, cuando una chica hace un espectáculo para un caballero, hay que saber los límites. Pregúntale si puede hacer una cosa que tú quieres, eso sí, sin transgredir su delicada figura o lastimarla. Aunque todas adoran sentirse observadas y por eso son las compañeras perfectas para una sesión de voyeurismo.

Así como ellas consentirán hacer casi cualquier espectáculo que tú les propongas para tu placer visual, ellas esperan que no seas agresivo en contra de ellas. La fantasía puede romperse por una queja tanto de uno como de la otra. De ambos depende de alcanzar el placer máximo sin ninguna complicación.